.

Madrid, jueves 17 de febrero de 2022

La Asociación de Madres Solteras por Elección (MSPE) y la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS) estuvieron presentes en la jornada de “Monomarentalidad: familias diversas en Igualdad” en la Universidad Complutense de Madrid, para poner de manifiesto la discriminación a nivel jurídico, económico y social que sufre este modelo familiar y reivindicar los derechos del mismo.

Paloma Villota, Miriam Tormo y Carmen Delgado en la jornada “Monomarentalidad: familias diversas en Igualdad”. Fuente: Pilar Ceballos Muñoz.

El pasado 11 de febrero se celebró en la Universidad Complutense de Madrid, la jornada de “Monomarentalidad: familias diversas en Igualdad” en la que participaron Paloma de Villota, profesora titular de Economía Aplicada especializada en fiscalidad con perspectiva de género; Miriam Tormo, presidenta de la MSPE; Carmen Delgado, magistrada, Sección de Igualdad del Consejo General del Poder judicial; María Isabel Jociles, doctora en Sociología y profesora-investigadora del Departamento de Antropología Social de la UCM; Patricia Bezunartea, Directora General de Diversidad Familiar y Servicios Sociales, Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y Carmen Flores, presidenta de la FAMS. En esta jornada se debatió sobre la dificultad que tienen las familias monoparentales para conciliar tanto la vida personal como laboral y la discriminación jurídica, económica y social que sufren desde hace muchos años y cuya lucha continúa.

“No tenemos reconocimiento jurídico y hay un trato arbitrario dependiendo de la comunidad autónoma. La primera causa de discriminación es que por el hecho de ser mujeres no se da valor al cuidado y, por otro lado, nuestro modelo de familia se entiende como transitorio”, explica Torno. La profesora reivindica también que “en pleno 2022” sigue sin haber “un marco protector basado en perspectiva de infancia”. Además, denuncia que los niños y niñas “deben tener garantizados” los derechos al cuidado, pero también “a la igualdad de oportunidades”, refiriéndose al plano económico. “El 60% de nuestras familias no llegan a final de mes”, afirma.

En España casi 2 millones de familias (10,4%) son monoparentales, es decir, están encabezadas por un solo adulto. El 70% de estos hogares tienen un hijo a su cargo, el 26%, dos, mientras que el 4% representa los hogares que tienen 3 o más hijos. La mayoría de las ponentes no hablan de monoparentalidad sino de “monomarentalidad”, debido a que el 84% de este modelo familiar está encabezado por una mujer.

Las familias monoparentales cuentan con una única fuente de ingresos, mientras que las familias biparentales cuentan con dos. El primer modelo familiar “sufre una presión fiscal, una diferencia del 12%, de tres mil euros anuales”. Este es el resultado de un estudio realizado por la asociación Madres Solteras por Elección, mediante el cual pretendía “comparar y demostrar la situación de desigualdad” en la que se encuentran las familias monoparentales con respecto a las biparentales al declarar el IRPF. Compararon los ingresos familiares de ambos modelos, cuyos hogares tenían el mismo número de hijos.

En torno al 50% de los hogares monoparentales se encuentra en situación de vulnerabilidad y pobreza. Villota añade que “más del 49% de los hogares monomarentales cobran menos de 12 mil euros al año, con lo cual no tienen que declarar”.

UNA SITUACIÓN ESTEREOTIPADA

Las ponentes se quejan de los estereotipos que hay en torno al término “monoparental”. “Una familia monoparental no es lo mismo que una familia desestructurada. No es el modelo de familia lo que determina el ajuste psicológico y mental de los niños, niñas y adolescentes sino la manera en cómo se ejerce sus responsabilidades parentales”, reivindica Patricia Bezunartea.

Bezunartea, la directora general de Diversidad Familiar y Servicios Sociales, expone la futura “Ley de diversidad familiar”, incluida en el Plan de Recuperación y en la Agenda 2030. Esta tiene dos objetivos: “el pleno reconocimiento de la diversidad de modelos familiares y la mejora de la protección social y jurídica y económica de todas las familias. Incluirá una regulación específica para la protección de familias monomarentales y monoparentales, a nivel estatal para sistematizar y dotarla de mayor seguridad jurídica, de mayor amplitud, y de equidad en relación con otros modelos familiares históricamente protegidos”. Se pide mejores permisos laborales, promover horas de trabajo más flexibles y prestaciones sociales, mejoras en ayudas económicas y fiscales a la crianza, entre otras.

María José Jociles cuenta su experiencia siendo madre soltera y profesora de Universidad “fui madre soltera a mediados de los 2000, había más incomprensión. Cuando mi hijo era pequeño, cada vez que no tenía colegio, lo inscribía en las actividades que desde Acción Social se organizaban en la Universidad. Solicité algún tipo de ayuda porque había que pagar. Buscaba cierta consideración, ya que mi caso era más necesario que otros porque estaba yo sola. No entendían que lo tenía más complicado para conciliar. La universidad no estaba todavía preparada para atender este tipo de situaciones muy particulares”.

Las ponentes reconocen que cada vez hay más visibilidad y más conciencia social; no obstante, insisten en la “insuficiencia de ayudas y permisos para conciliar”, en la “falta de implicación” por parte de las administraciones públicas y en las ideas preconcebidas que se

tiene sobre este modelo familiar. “A veces se parte de la idea de que la monoparentalidad no es algo deseado y no todos los casos son así. Si no responde a los cánones establecidos se le denomina “desestructurada''. Otras veces, se piensa que somos madres por elección pero no solteras por elección. A nivel de imagen social parece que no hay deseo. También hay una dicotomía: o eres pobre o rica, esto no es así”, afirma Jociles, basándose en un estudio sociológico realizado junto a Ana Rivas y que ha comprobado durante su maternidad. Todas ellas insisten en que tomando las medidas necesarias se conseguirá equidad y, por lo tanto, más igualdad.