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Madrid, 16 de febrero de 2022

Todos los partidos de la Cámara han rechazado la proposición de la ley formulada por Vox y tildada de “racista” y “xenófoba” que pretendía dificultar la adquisición de la nacionalidad española a los inmigrantes.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, durante una intervención en el pleno del Congreso de los Diputados. (Fuente: EFE)

Esta propuesta de Vox ofrece una reforma del Código Civil y tenía como objetivo elevar de 10 a 15 años el tiempo mínimo de residencia legal y continuada en España que debe justificarse para poder iniciar el expediente de adquisición de la nacionalidad española, que se prolonga usualmente entre 2 y 3 años más. A los nacionales de países latinoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y a los sefardíes, se les seguiría manteniendo los plazos reducidos (2 años de residencia).

En un Pleno del Congreso de los Diputados celebrado el pasado mes de noviembre, Santiago Abascal, presidente de Vox, se refirió a la proposición como “un plan que cuida como un tesoro la nacionalidad española” y evitar así “que se regale a cualquiera”. Al mismo tiempo, arremetió contra las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez acusándole de “fomentar la inmigración ilegal de forma masiva” y “renunciar a defender la soberanía española”.

“La señora Díaz Ayuso dijo que la delincuencia no tiene nada que ver con el país de origen, que algunos miembros de esas bandas eran españoles. En relación a lo primero, no es cierto, es incuestionable que los extranjeros delinquen con más frecuencia que los españoles “, ha afirmado Francisco José Contreras, diputado de Vox. Al mismo tiempo, el diputado de la formación ultraderechista ha vinculado el origen con las agresiones sexuales y ha defendido la necesidad de establecer “controles rigurosos”, ya que “la mayoría de los migrantes no son delictivos” y por ello “no deben pagar justos por pecadores”.

Amparando su discurso, hizo alusión a unas palabras mencionadas por Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, acerca de la presencia de españoles en la banda latinoamericana “Dominicans Don´t Play”: “Dijo Ayuso que algunos de los Dominican Don´t Play son españoles. Querría decir que tienen el DNI, pero para nosotros ser español es mucho más que tener un papel; no hubieran debido obtener jamás dicho papel. No queremos que los delincuentes obtengan la nacionalidad española, no queremos que el salvaje del bate de béisbol que agredió y violó a una octogenaria en Alicante, ni la manada de Azuqueca que violaron a una niña puedan ser alguna vez españoles”, ha resaltado.

Entre las numerosas réplicas hacia la formación ultraderechista, cabe destacar la de Luc André Diouf, diputado del PSOE y primer diputado de origen senegalés en la historia de España, mostrándose muy crítico en su intervención contra la propuesta de Vox y, al mismo tiempo, provocando una oleada de aplausos en el Congreso: “¿Pretenden que suspendamos los visados porque hay una invasión de personas inmigrantes? No hay personas ilegales, no hay invasión, lo único que se puede convertir en ilegal es Vox por sus bulos en las redes sociales y por sus comentarios llenos de odio, altamente peligrosos para la convivencia”.

En la misma línea el diputado de ciudadanos Miguel Ángel Gutiérrez, ha llamado a los diputados de Vox “cansinos, irritantes y malas personas” por “ensañarse con aquellos que solo quieren el acceso a una vida mejor” y por intentar “convertir en una carrera de obstáculos la obtención de la nacionalidad, con el objetivo final de negarla”.

La diputada de Unidas Podemos Isabel Franco Carmona ha calificado de “racista y xenófoba” la propuesta y ha comparado el discurso del diputado de Vox con el de “la supremacía de la raza aria que practicaba Hitler”.

Al mismo tiempo, los grupos parlamentarios han rechazado la Proposición No de Ley (PNL) con la que Vox insta al Gobierno a suspender la concesión de visados a ciudadanos de países “emisores de inmigración ilegal” como “Marruecos, Argelia, Túnez y Mauritania. El diputado de Unidas Podemos Gerardo Pisarello ha tachado la propuesta de cancelación de los visados a ciudadanos de países como Marruecos, Argelia o Túnez como “zafia, mezquina y engañifa con menos complejidad que un adoquín” y ha reprochado a los diputados de Vox que serían capaces de “expulsar a las personas musulmanas, a las gitanas, a las feministas, a las LGTBI, a las republicanas y al mismísimo Papa”.