La UME, a la vanguardia contra los desastres

  • "LAS CATÁSTROFES DEL SIGLO XXI, LOS  RIESGOS TECNOLÓGICOS Y MEDIOAMBIENTALES"

 

  • “Comunicación pública: herramienta de gestión de catástrofes. Una población bien informada tiene más garantías de supervivencia”

Las catástrofes del siglo XXI estarán relacionadas con  los riesgos medioambientales y los riesgos tecnológicos como los químicos, biológicos y nucleares. Así se manifiesta Aurelio Soto, miembro de la Unidad Militar de Emergencias (UME), en su núcleo operativo, la base aérea de operaciones de Torrejón de Ardoz, en Madrid. Esta unidad cuenta con una dilatada experiencia que les ha situado como referente nacional e internacional. Sus intervenciones ascienden a 375 en sólo 11 años de vida. Algunas de ellas son el terremoto de Haití, el de Nepal, el de Ecuador y los recientes incendios forestales de Chile.

La UME forma parte del mecanismo de protección civil de la Unión Europea y mantiene relaciones bilaterales con Francia, Marruecos, Portugal y Argelia. Está desde 2011 certificada por Naciones Unidas y forma parte de la OTAN, que cuenta con un centro de coordinación para respuesta a desastres. Países iberoamericanos como Chile, Ecuador, Brasil, Méjico, Colombia o Perú muestran un marcado interés por la Unidad. Tanto es así que los militares de la UME fueron despedidos en el aeropuerto de Chile entre vítores y aplausos por su eficaz intervención en los incendios y por el calor humano que transmitieron a quienes sufrían la calamidad.

“La UME es incontestable: si no existiera, habría que crearla”, sentencia el Teniente General Miguel Alcañiz, jefe de la UME. Sostiene que es una unidad barata pues son autónomos en sus misiones y sus vehículos se alimentan de baterías, generadores propios o su red eléctrica. Contó en 2016 con un presupuesto de 133 millones de euros, lo que representa una cantidad muy reducida en comparación con los fondos del resto de Fuerzas Armadas. Aun así, aseguran, son autosuficiente allá donde van.

Ofertas drones o servicios tecnológicos de vanguardia

La UME colabora por motivos tácticos, logísticos y de seguridad con instituciones, como la Universidad Complutense de Madrid, empresas públicas y privadas, tales como el club de fútbol Atletico de Madrid, Real Madrid, Unesa, Adif, Cáritas, Enresa, Correos, Aemet… Reciben diariamente en su núcleo la visita de empresas que ofrecen drones o servicios tecnológicos de vanguardia. Aunque su nivel técnico de operatividad es de casi el 100% en sus operaciones, su futuro se decide día a día. “Tenemos que estar preparados para todo. Un escenario de pesadilla sería aquel en que las pérdidas humanas fuesen tan grandes que desapareciera nuestra capacidad para atender la emergencia. Pero incluso en el peor de los casos, somos conscientes de que una gran catástrofe nunca va a quedar sin resolver. Incluso en el peor escenario, tenemos que mantener la esperanza”, manifiesta Aurelio Soto.

Los distintos grados de implicación de las relaciones de la UME con las CCAA, empresas y otros países

Como garante del prestigio de la Marca España en el exterior, la UME traslada su misión a otros países. Sus intervenciones ascienden a 375 en sólo 11 años de vida. Algunas de ellas son el terremoto de Haití, el de Nepal, el de Ecuador y los recientes incendios forestales de Chile.

“La Unidad Militar de Emergencias (UME) es muestra del buen hacer de la milicia, que genera confianza a la sociedad a la que sirve. Es el suspiro de alivio.” Así define el Teniente General Miguel Alcañiz Comas, la UME. Este cuerpo de las Fuerzas Armadas nace en 2005, constituyéndose en una herramienta del Estado para el auxilio en las grandes catástrofes naturales. Se identifica a sí misma como un elemento de cohesión y solidaridad nacional que, además, ejerce una potente labor de proyección exterior de la Marca España. “Lo que más nos gratifica de recibir reconocimiento en el extranjero es que ese mismo reconocimiento es para todo el pueblo español, que es al que servimos”, asegura Aurelio Soto, jefe de la oficina de comunicación pública de la UME.

El nacimiento de la UME vino de la mano de de cierta polémica porque en el mundo de las emergencias ya trabajaban anteriormente otros cuerpos. “Pero la UME no sustituye, refuerza y complementa. No somos nada sin el resto de Fuerzas Armadas”, remarca Miguel Alcañiz. Cuando ocurría un desastre antes de 2005, el Estado no tenía potestad para actuar porque la competencia de las catástrofes correspondía a las Comunidades Autónomas. Hoy, el cuerpo cuenta con 3579 miembros, lo que representa menos de un 3% del total de las Fuerzas Armadas; y es el aporte militar al sistema de protección civil.

“Sin rescatador no hay rescate”

“En una emergencia nos encontramos en un contexto de preocupación en que la gente es consciente de su necesidad y urgencia, pero también un contexto de esperanza importante”, asegura Aurelio Soto. Su éxito en estos escenarios se basa en la selección minuciosa del personal; en el material que utilizan, que siempre es “el mejor”; y en sus procedimientos: los militares. Alcañiz asegura que lo más valioso que les da la milicia es la disponibilidad: “Nosotros nunca miramos el reloj”. Su probada eficacia se fundamenta en los principios de constancia, solidaridad, perseverancia y compañerismo. Trabajan, dicen, entre la incertidumbre y el caos. Pero están preparados para ello. Soto sostiene que “sin rescatador no hay rescate”. Por eso, a veces, se enfrentan a situaciones muy duras en las que han de tener en cuenta su propia seguridad. “Como personas, también nosotros sentimos miedo”, sentencia.  Y añade: “Nosotros venimos de la calle y eso es algo que nos enorgullece porque muchas veces cuando recibimos reconocimiento recordamos precisamente eso, que venimos de la calle”.

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